Caja de cambios manual o automática ¿Cuál es mejor?

¿ Caja de cambios manual o automática? Esa es la cuestión. Hasta hace poco esta era una duda que en muy pocos casos pasaba por la mente de un comprador de coches.

Tradicionalmente hemos sido conductores de coches con cambio manual ayudados por una decisión de compra condicionada por la escasa oferta de cambios automáticos y su elevado coste. Cada vez más el lado de la balanza de los automáticos está tomando peso, así que vamos a explicar las ventajas e inconvenientes de las cajas de cambio manuales y automáticas.

Caja de cambios manual

Ventajas

Son más baratas. Este es el principal argumento para su popularidad. Tienen un menor coste de fabricación lo que hace que el precio de los vehículos disminuya y sea parte fundamental de una compra.

Tienen el comportamiento que el conductor quiera darle. Una vez que el conductor le ha “agarrado” al clutch, el coche se comportará de la manera que él quiera. Las decisiones de cuándo y cómo cambiar de velocidad, a qué revoluciones, o cómo utilizar la caja de cambios para aprovechar el freno de motor serán única y exclusivamente decisión de quien esté detrás del volante.

Mayor precisión. Las maniobras en pendiente o especialmente anticipando los cambios (o evitándolos) a través de la experiencia sólo se pueden conseguir con un manual.

Aportan un plus a la conducción. La conexión entre el ser humano y el coche mediante la actuación sobre los engranajes de la caja de cambios, ahí reside el mayor encanto de los manuales. Será por eso que los coches aspiracionales siguen confiando en las transmisiones de tres pedales.

Inconvenientes

El cambio manual está abocado a la extinción. La irrupción de los coches eléctricos y la conducción autónoma son una sentencia clara para las cajas de cambio de tres pedales

Son incómodas para algunos. Por suerte la mayoría de conductores lo tienen tan asimilado que los cambios de marchas se convierten en algo instintivo, pero hay situaciones como embotellamientos o maniobras complejas en los que el pie izquierdo acaba pidiendo un descanso.

Son más susceptibles a las averías. Por su estructura de construcción pero sobre todo por el uso incorrecto, los embragues de las transmisiones manuales tienen una mayor probabilidad de pasar por el taller.

Caja de cambios automática

Ventajas

Son más cómodas. No hay discusión en lo que respecta al funcionamiento en el día a día. Las transmisiones automáticas son infinitamente más agradables de utilizar, sobre todo si somos conductores que una gran parte del tiempo la pasamos en ciudad o, directamente, en atasco.

Cada vez son mejores. Históricamente hemos criticado a las transmisiones automáticas por su funcionamiento plano, por no tener alma. Antes solía ser cierto, pero ahora la técnica ha evolucionado lo suficiente como para que las cajas de cambios de doble embrague o incluso las modernas de convertidor de par aproximen su funcionamiento enormemente al de un conductor humano.

Cada vez están más extendidos. Hasta hace unos años una caja de cambios automática se asociaba con un tipo de coche de un perfil de lujo o con ciertas aspiraciones premium. En la actualidad prácticamente todos los compactos se ofrecen con cajas de cambios automáticas en opción y no sólo para las motorizaciones más potentes de la gama. Su popularidad está creciendo a medida que su funcionamiento se refina, hasta el punto que es realmente complicado encontrar deportivos potentes o superdeportivos con transmisiones manuales.

Inconvenientes

Mantenimiento más caro. Pese a que sus periodos de mantenimiento son más espaciados, las cajas de cambio automáticas suben la factura cuando tienen que pasar por el taller. Tienen más piezas móviles y mucha más electrónica, lo que incrementa el coste de reparación.

Mayor consumo. Las transmisiones automáticas, de media, consumen algo más que las manuales. Esta cifra poco a poco se va aproximando gracias al avance de la tecnología.

Menos sensaciones. Aunque las cajas de cambio automáticas son mucho mejores de lo que eran hace unos años y aunque dispongan de modo manual, siguen siendo menos emocionales que el vínculo que se crea con el embrague y la palanca de toda la vida.

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