Todos en algún momento de nuestra infancia intentamos construir algo, edificios, coches, aparatos… con los juguetes que teníamos a nuestro alcance. Es una fantasía colectiva que ahora ha tomado nuevos horizontes, pues esas mismas piezas de Lego que algunos utilizamos para construir el garage de nuestros sueños, han servido para construir un modelo a escala real del auto de producción más rápido a la fecha: el Bugatti Chiron.
Utilizando como base la serie de piezas Technic, ingenieros y diseñadores de Lego aplicaron cerca de un millón de piezas de las 399 diferentes variedades que hay de esta colección para hacer un Chiron que no sólo se viera como el original, sino que fuera funcional.
Así, con 2,304 motores y 4,032 engranes, se creó un motor capaz de mover la tonelada y media que terminó pesando este ejemplar. La potencia final se estima en 5.3 caballos de fuerza, mientras que el torque ronda los 92 Nm.
Además de esos patrones casi caleidoscópicos en la carrocería, es importante decir que nada del Chiron de Lego fue adherido con pegamentos, todo funciona con el simple ensamble que cualquiera aplica. Así, encontramos un volante abatible, un velocímetro funcional, iluminación LED adelante y atrás e incluso discos de freno de plástico. Lo único que no es de Lego son los rines y llantas, aunque si la masa que detiene la rueda en el sistema de suspensión. Lo más impresionante viene también de un alerón trasero funcional, que cambia altura y ángulo, como lo hace la versión del coche real.