Aunque sea difícil de creer, Lamborghini construyó algunos de sus modelos fuera de Italia, en México para ser exactos.
Esto sucedió en 1994 cuando el diseñador y empresario mexicano Jorge Antonio Fernández García, generó un contrato por licencia, firmado por Michael J. Kimberly, CEO de Lamborghini en Italia y Robert A. Braner, presidente de Automobili Lamborghini USA. donde adquiere (ya en 1995) los derechos para fabricar y comercializar productos de Lamborghini en Latinoamérica.
El contrato tuvo una extensión valida por 99 años y lo autorizaba también a generar versiones preparadas y personalizadas con la licencia de la marca.
Fue para 1995 cuando por fin pudo fabricar 23 unidades del Diablo en México, pero comercializadas en Estados Unidos y en Europa.
Pero en 1998, cuando Audi en nombre del Grupo Volkswagen, se hace cargo de Lamborghini, que Jorge Antonio Fernández García se pone manos a la obra, haciendo uso de sus derechos adquiridos a Lamborghini.
Así nació el Coatl, un superdeportivo basado en el Diablo, de dudoso gusto estético y fabricado artesanalmente. Con suerte se vendieron tres, incluyendo un motor potenciado con más de 600 Hp.
Esto encendió las alarmas de Lamborghini en Italia, quienes hasta el día de hoy no reconocen el contrato del empresario mexicano con la «antigua» Lamborghini. Por esta razón, es que el mexicano y su empresa solo pueden construir modelos en base a los modelos antiguos, desde el Diablo hacia atrás.
¿Increíble historia verdad?